Osogbo (2004)


"Al borde del camino. Osorbo."

Texto por Lazara Menéndez. La Habana, Septiembre 2004.

La exposición “Osobgo” de Rolando Vázquez incursiona en zonas reservadas del acontecer religioso. Una de las figuras conceptuales más elaboradas dentro de la cosmovisión santera es la que escritura recoge como osobgo, osobo, osbbo, osorbo; cambiante como su grafía, designa las diferentes procedencias de las influencias negativas: catástrofes, calamidades, daños o pérdidas, entre otros posibles significados. En la tradición santera Osogbo existe en una articulada e inseparable conexión con lo que la practica religiosa designa como iré, o genealogía de las bendiciones, la suerte, la fortuna.

La referencia a la religión en esta exposición se percibe como una encrucijada, como el espacio en el que se entrecruzan la cualidad con valor imaginario o figurativo que podemos nombrar y sentir, y la calidad con la que está dotado poéticamente el espacio en el que se produce la confluencia. El espacio adquiere un sentido emocional en virtud del proceso poético a través del cual las extensiones lejanas, vagas y anónimas se llenan de significaciones.

La dinámica relación entre osogbo e iré favorece o perturba el tránsito por un mundo sumergido en los problemas de lo transdisciplinar, transnacional, heterogéneo, multicultural y globalizante, y en tales circunstancias lo artístico, no puede explicarse solamente mediante el binomio creador-obra ni desde la "autonomía" y la autorreferencialidad del arte pues la complejidad en la que vivimos inmersos obliga a asumir posiciones fronterizas y a desplazarse hacia el amplio y complejo término de "cultura"  más allá del reductivo de "arte" y abogar por la lateralidad capaz de incorporar distintas metodologías    y disciplinas, especialmente cuando el artista preocupado en cuestiones identitarias, abierto a la alteridad y sensible a las poéticas corporales crea puentes entre lo particular y lo social.

Rolando Vázquez genera un universo fotográfico a través de un lenguaje basado en la conjunción de objetos, animales y frutas situadas en ambientes naturales de cierto aire barroco, que pudieran ser ofrendas o desechos de ritos pertenecientes a las religiones populares cubanas  Las ofrendas y "los trabajos" para la Santería son, de alguna manera, un sacrificio, un "adimu" en lengua de santeros; ellas son silencio profundo, signos de desasosiego, conflicto y tragedia.  No es un ejercicio de extravagante morbosidad captar la imagen de lo abandonado a su destino al borde del camino, al pie de un árbol frondoso, a la orilla de la mar, pues la sucesión de escenas introducen al espectador en un universo portentoso en el que los distintos episodios se fraguan no solo con lo trascendente, lo inmaterial y material sino también con la materia descompuesta para el golpetazo final a nuestra sensibilidad y entendimiento.

En estas obras la vida y la muerte se acoplan para que fluya una nueva realidad. Ante el osogbo, se ofrece la lucha, la acción, la decisión y la apuesta que es riesgo e incertidumbre, con lo cual lo repulsivo articula en una relación contradictoria: atemorizar e invitar a descubrir en un mundo animado por tensiones permanentes las imbricaciones entre la aspiración a un saber no parcelado, no dividido, no reduccionista, y convenir en lo inacabado e incompleto de un conocimiento que siglos de desprecio, marginación y prejuicios representativos de valores asertivos -expansión, competencia y dominación- no han torrado destruir.

La habilidad del artista para penetrar en ciertas zonas temidas por la mayoría de la población y no abordadas hasta el momento, por las artes visuales, le lleva a moverse con toda naturalidad y libertad entre la luz y la oscuridad, tomando como modelos a todo un elenco de imágenes usualmente rechazadas pero que ante su cámara surgen dotadas de un turbador atractivo. Rolando Vázquez, da cuenta de todo un muestrario de fragmentos mutilados y en proceso de descomposición que nos hace preguntarnos por los límites entre arte y documento, y si este resulta una nueva forma de vida, de perpetuación, de hacer historia.

La naturaleza, el cuerpo y la religión son empleados para aludir a una espiritualidad profunda con lo cual, desarrolla una estrategia inclusivista afianzada en una suerte de táctica de la interferencia cuya finalidad es asentar una identidad fluctuante y múltiple, que no tiene relación con lo folclórico o etnocéntrico, sino que se construye desde muchos frentes, con recortes y fragmentos, de perfiles identitarios que tienen que ver con situaciones y vivencias distintas: memorias personales, situación políticas y sociales, minorías raciales y sexuales.

Entretejido e interdependencia son ejes que brindan la posibilidad de re-pensar cómo se articulan las relaciones del hombre con su entorno natural una vez que ha quedado arruinado el cautiverio de la identidad única y del momento decisivo, a favor de significaciones mutantes y en constante movimiento. De ahí que cobre todo su sentido un nuevo paradigma de artista que sin renunciar a su subjetividad y manteniendo el concepto de autoría busca renovar los lenguajes heredados del minimalismo y del conceptual pero inmersos en un amplio proyecto discursivo que mantiene viva la resistencia frente a la sociedad del espectáculo.

Desde esta perspectiva la producción artística de Rolando Vázquez se opone a la tendencia hacia una creciente banalización y homologación de la cultura del planeta. Resiste. Mediante nuevas reinvidicaciones que hallan su centro en los problemas de identidad instrumentándolo desde la valoración de las prácticas artísticas como instancia para renovar o continuar las diferencias simbólicas logra que su producción visual siga actuando de manera significativa como agente diferenciador.

De Osogbo emanan imágenes nuevas. El mundo lleno de matices y variaciones nos enfrenta, constantemente, a aquello que no es otra cosa que a lo que tememos, la cara de lo otro. de lo que no somos. Tememos a lo desconocido, pero de una forma significativa mueve el mundo y participamos en ello Hay pasos borrosos de una realidad a otra que no siempre facilitan conocer las diferencias o los cambios. Flujos de tensión que hacen pulular, en los lugares, plazas y caminos mil sucesos perdidos hasta ahora.


Expo Osogbo. Homenaje a Felix Gonzalez Torres.JPG